Hoy el cine venezolano sopla 115 velas, y como
venezolano que soy, no podía menos que dedicar un post en Hay una peli en mi sopa, al cine nacional; aunque será bastante
complicado resumir tanta historia en cinco películas.
Mucho ha cambiado la cosa desde Celebre especialista sacando muelas en el
Gran Hotel Europa y Muchachas
bañándose en la laguna de Maracaibo (1897), de este y del otro lado de la
cámara. Hoy, el cine venezolano está inundado de miradas y perspectivas que nada
tienen que ver con más de 100 años de evolución.
Pero algunas películas han dejado huellas, han
escrito historia y se han convertido en parte de una idiosincrasia. Otras han
aportado momentos y personajes entrañables, al tiempo que han sido testigos de
épocas de cambio.
Estas son pues, la mejor representación del cine venezolano.
5º “Secuestro express” (J. Jakubowicz, 2005). Por su ritmo desenfrenado y por un gran uso de la intriga. Este film, que triunfó en las taquillas como ninguna otra cinta criolla lo había hecho hasta entonces, merece que menos que un lugar en esta recopilación de lo mejor de 115 años de cine. El naturalismo de la acción y el argumento, que no es más que una reinvención de las tramas delictivas de los ’70 y ’80, son armonía pura. Vuelto al Nuevo cine, sus personajes, muestrario de una ciudad inquieta y descolocada, no son más que ejemplares amargos del bien y del mal.
4º
“Cheila, una casa pa’ maita” (E.
Barberena, 2009). Tengo más de una razón para pensar que Cheila, una casa pa’ maita es una de las mejores películas
venezolanas de la historia, principalmente porque su argumento se sostiene en
la frágil verosimilitud de una heroína tradicionalmente rechazada por la
sociedad venezolana, y no me refiero a la sociedad dibujada en la película, que
también es representativa. Claros y oscuros dibujan una
historia común que nadie se había atrevido a contar desde el punto de vista de
la cuestionabilidad y el protagonismo. Los valores de una familia, son juzgados
desde una perspectiva amplia y llena de luces.
3º “Tocar y luchar” (A. Arvelo, 2006). Tocar y luchar no es solo a mi juicio, una de las mejores películas venezolanas de todos los tiempos, también es uno de los mejores documentales que he visto. Su narrativa está llena de belleza y de sencillez. Figuras interpeladas emergen como verdaderos tepuyes de conocimiento. El arte es pues el verdadero protagonista, que, representado a través de la música, tuerce nuestra sensibilidad y la lleva a extremos de infinita imaginación. La historia de Tocar y luchar, es la historia de algo verdaderamente grande que esta pasando afortunadamente en Venezuela.
2º ”La casa de agua” (J. Penzo, 1983). Se trata de una historia
llena de poesía y de retórica, con un guión que, no solo hace gala de ello, si
no que además imprime una atmosfera de sensibilidad y de nostalgia, que
Franklin Virgüez, Elba Escobar, Alicia Plaza, Hilda Vera y Doris Wells, se
encargan de perpetuar, con una fuerza que traspasa las pantallas y toca las
fibras de todo el que se deje deducir por este relato de amor e injusticia.
Llena de discursos memorables y de cuestionamientos sociales, a día de hoy, de
gran vigencia.
1º ”El pez que fuma” (R. Chalbaud, 1977). Para nadie es secreto que El pez que fuma es la mejor película venezolana de la historia. Y Chalbaud uno de los grandes directores del Nuevo cine latinoamericano, si solo con él, el cine venezolano ha dado pasos abismales en la historia, sus aportes histriónicos y argumentativos, dotaron a la industria de una personalidad propia y distinguible. Toda su filmografía es importante, pero El pez que fuma merece una mención especial, por varias razones: una de ellas es Hilda Vera y su inmortal personaje (La Garza), otra es la alegoría de la realidad que viene a representar toda la historia. El cuestionamiento social y político, roza la genialidad y la amargura, y alcanza una reflexión llena de perplejidad al puro estilo shakesperiano.
Se quedan por fuera muchas películas, me gustaría
nombrar por ejemplo a Desnudo con
naranjas y a La oveja negra. Recuerden
que es una lista bastante personal. Por ello les animo a proponer las suyas.
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